jueves, 5 de julio de 2012

Sergio Pininfarina: Artesano y genio del diseño automotriz falleció a los 86 años


El mundo automotor nuevamente está de duelo. A menos de dos meses de la partida de Ferdinand Porsche, otro gran exponente nos ha dejado. Nos referimos al genial Sergio Pininfarina, autor de emblemáticos deportivos como Ferrari o modelos más generalistas como el Alfa Romeo 164 y el Peugeot 405, dejo de existir en su localidad natal de Turín (norte de Italia) a los 86 años, acompañado de su esposa Giorgia y sus hijos Lorenza y Paolo.
Representantes de la empresa carrocera familiar Pinin Farina manifestaron sus condolencias al círculo más próximo al ingeniero y político italiano señalando que la “figura de Sergio Pinifarina guiço durante muchos años a Ferrari llevándola al mundo por el camino de la elegante tradición y estilo permanente renovada con los más altos estándares de innovación tecnológica y belleza”.
Pininfarina nació un 8 de septiembre de 1926, siguiendo la vocación de su padre, Giovanni Farina, graduándose de ingeniero mecánico en el Politécnico de Milán, pasando a desempeñarse en la empresa carrocera de su padre, sucediéndolo en la presidencia de ésta en 1966. En 2005 fue nombrado senador vitalicio de la Repóblica Italiana.
Sus máximas creaciones han quedado plasmadas en modelos del caballito rampante y de otras marcas deportivas italianas de lujo como Maserati. Sin embargo, su genialidad también alcanzó a  manifestarse en marcas más generalistas como Alfa Romeo, Cadillac, Ford, Jaguar, Lancia, MG y Peugeot, además de Lada y otras chinas, que recibieron su ayuda en forma de proyectos, bocetos o bien creaciones finales
Un verdadero maestro del diseño de automóviles que no le gustaba dar una conferencia, pero que fue capaz de dar lecciones de estilo atemporal y elegancia, con su arte contemporáneo. Pininfarina fue protagonista de la historia reciente del automóvil, hasta el ocaso de sus operaciones, cuando entregó el timón a su hijo mayor, Andrew (que murió trágicamente en agosto de 2008 en un accidente de motocicleta) y luego  a su otro hijo, Pablo. Al hablar de sus “criaturas” de  cuatro ruedas, sus ojos brillaban con alegría. Sin embargo, si no fuera por ese padre, por lo “engorroso” y tan brillante, tal vez Sergio Pininfarina hubiera sido un músico: era un muchacho que amaba por encima de todo la armonía de las notas. En cambio, su destino estaba sellado, en el nombre del padre, y no impedir que se desarrolle en otros campos, con gran éxito, el arte incomparable.
Pininfarina se graduó en el 50 en ingeniería mecánica en el Politécnico de Turín de terminar sus estudios en Inglaterra y  Estados Unidos y pronto se convirtió en un maestro de estilo refinado. Su misión era transformar la vida en las carrocerías, su escuela formó a generaciones de diseñadores. Continuando con la intuición de su padre, el joven Sergio volvió cada vez más el estudio y la construcción de los cuerpos especiales, mientras que la optimización de la actividad industrial de la familia, hasta que se convierte en un gigante internacional diversificado en los mercados emergentes. Pininfarina se hizo famoso en los años cincuenta por la elegancia y vanguardia de sus diseños. Desde los años ochenta, Sergio se dio cuenta de la creciente importancia de la aerodinámica, concentrando los esfuerzos en la mejora de los modelos no sólo por un punto de vista estético, sino también en los retos impuestos por los flujos dinámicos. Baste ver sus creaciones para Ferrari y Maserati.
“Lo más importante es preservar la herencia del pasado, pero sabiendo la forma de proyectar hacia el futuro, anticipando el tiempo”, explicó el ingeniero en una entrevista. Y hablando de su compañía, dijo con orgullo: “Tiene muchas almas. Ellos van desde el concepto hasta el desarrollo técnico de industrialización,. Nos encanta el coche en todas sus fachadas: la esencia más extrema, el Ferrari, optimizadas las necesidades diarias, el Metrocubo urbanita. Estoy orgulloso de que mi empresa haya realizado minuciosos estudios en el campo de la investigación sobre seguridad, la aerodinámica, la reducción del consumo de combustible y la ecología aplicada. El automóvil en este sigloha traido una serie de beneficios, pero también tres grandes problemas: contaminación, congestión, falta de seguridad. Ahora trabajamos para el futuro, para resolverlos. “
Sintió que el progreso iba a revolucionar la industria del automóvil: “El proceso es lento y gradual, peroel futuro es imparable. Más que el auto,  se debe cambiar el concepto de movilidad, como los automóviles pequeños arrendados para entrar en las ciudades. No vamos a tener las naves espaciales que alguien especuló en los años sesenta, es la manera de moverse que está cambiando mucho. El cambio está en marcha: se llama tecnología electrónica e informática aplicada. Dentro de veinte años, pero en realidad yo diría que dentro de los diez ya, usted va a manejar la ayuda de ordenadores de a bordo y tecnologías cada vez más sofisticados. Es curioso, yo creo. “
Tenía razón, por supuesto. Simple, básico, como las características de sus coches. El Ingeniero mantuvo durante toda su vida, con respecto a la otra parte, una humildad extraordinaria. Al igual que él, además de recibir numerosos doctorados honoris causa se encuentra entre los elegidos del Salón de la Fama del Automóvil en Detroit como “la personalidad que ha dejado su marca en el mundo del automóvil”, fue nombrado (Ciampi) Senador Vitalicio de la República 23 de septiembre 2005,  El que también fue presidente de Confindustria en los años difíciles (1988-1992) y tuvo que luchar contra las temporadas más delicadas de la industria italiana.
No es casualidad que era el ingeniero de Pininfarina para inaugurar el primer túnel de viento, en el Grugliasco, anticipándose a todos los principales fabricantes en el mundo. Innovación para siempre. El conocimiento y la pasión del maestro Sergio seguirá siendo un patrimonio que la compañía ahora no puede y no se dará por vencido, incluso si el escenario mundial ha cambiado y los productos de nicho se desvaneció hoy.

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